En China, el grupo ya han aparecido los primeros robots encargados de recorrer los pasillos de las granjas avícolas para estudiar la temperatura y movimientos de las gallinas. Con ello intentan detectar con antelación la aparición de una gallina enferma que pueda contagiar al resto y arruinar la producción antes el incremento del problema de la gripe aviar.
Actualmente, el grupo avícola Charoen Pokphand Group, situado en el nordeste de Beijing, cuenta con 18 robots que monitorizan los 2.4 millones de huevos al día que ponen sus gallinas. El algoritmo de monitorización controla si la temperatura de la gallina excede los 41º C, considerados como normales en estas aves, y que se muevan, ya que la ausencia de movimiento puede ser un síntoma de debilidad.
Esta técnica es novedosa y permitirá con el tiempo reducir la cantidad de antibióticos que se les inyecta a las gallinas para evitar enfermedades.
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